Yo escribo, como quien delira, los cinco de enero
cuando entumecían mis nudillos.
En los quicios de las puertas
cantaron alegres los grillos,
aunque
para mi su canto fue susurro agorero.
para mi su canto fue susurro agorero.
Sin embargo, cuando quiero rajarme
y amenaza perder la risa, su encanto
rasgarle el pretérito a la palabra
y romper la silaba en llanto,
escuchar la voz de la hora
de aquel capricho en juventud otrora,
al sentir que duele el ceño trasnochado.
Me acuerdo de ti...
Y ahoga la nostalgia, el suspiro;
como un nudo en mi alma atado
lo estrangula, lo exprime,
empaña el nácar de mis pupilas,
por que corre inclemte el tiempo.
Entonces busco la ausencia de tu mano que anime
y recojo los retazos de tu voz
para acomodarlos en el recuerdo;
mientras el acervo de tu ejemplo a mi hoz
como un principio a mi alma, postrera.
Como un jinete a la rienda
como un inexperto loco, pero cuerdo
me aferro para sentir con tenacidad precoz
que a la vida, se doma o se muere
como se haría, ante una fiera.
(extraído de "Mi mejor amigo, mi padre)
Autor: Hilario de Jesus Esteban Lopez.©
6-15-16 1:03 pm.