MIENTRAS LA VIDA SE VA
Me queda la lúgubre gruta de lo incierto
el exacerbado olor del destino,
el tiempo sin pausa,
la lucha sin tregua en el alma,
el murmullo de la mañana.
La noche agónica en las aras de la luz,
el exiguo dolor que no supo vencer
la valentía de mi alma:
los sinzontes de la tarde
rimando sus alabanzas.
Los grillos bajo las piedras,
la voz dolorosa de la pobreza
en las tripas de los mendigos,
escuálidas sombras de los que mueren
bajo el imperio ineludible de la memoria.
El llanto de la alegria maniatada,
todo bajo la palabra implacable
caída desde el lagar del silencio;
me queda toda una vida
de cosas incorporeas.
Pero prefiero tu voz,
el toque pluma de tus labios,
el ósculo amoroso de la flor
que crece en medio de tu jardín,
cuando te digo amor.
Autor: Hilario de Jesus Esteban Lopez©
2017