"EMIGRANTE"
Yo estaba frente a ella
mordiéndome el alma,
sus ojos, dos perlas bajo la lluvia.
Sus agitadas manos
como hojas sacudidas por el viento;
su cuerpo trémulo lleno de premura
me abrazaba,
como quien se aferra a un difunto.
Sentí herir mi hombría,
el llanto en su comisura.
se tiro como cansada sobre mi hombro,
me acaricio con tanta ternura,
su fino mentón hecho de lana y de frio
en una noche de luna.
Sentí palpitar su corazón
me brindo sus húmedos labios,
vaso de manjar, para mi camino.
hubo desmayo disidente en la razón.
el blondo febril de sus senos,
preterito ensueño de tantos amores
mis contumaces desenfrenos.
Escuche lúgubre los grillos,
el helado bálsamo del sereno.
Me prendío a su boca
como para tatuar la moldura de sus labios
sobre los mios.
Levante la mirada,
entre la oscuridad y el quicio de la puerta
mi madre en posición de rezo
su llanto amordazado;
allá tras el galope de la hoja,
la silueta pensativa de mi padre
como un golpe a mi pecho
la última mirada desde sus ojos,
con un adios, para siempre,
el inmerecido camino
de angosto trecho.
Ergui mi frente, mi corazón partido
fue un enjambre de sentimientos
en medio de la nada;
¡el tiempo apremia! me dijo mis adentros
y tuve una convulsion de insociego.
¡No te vayas!
gritó mi cobardía;
el pesado movimiento de mis piernas;
mi corazón quedaba tendido
con un precoz aleteo de somnolencia
ala desgarrada sobre las sabanas
donde mis hijas dormitaban
en estupor de inocencia.
zafe mis brazos de su tibio cuerpo
y suspiró herida
como haber arrancado de su vientre
un prematuro niño ,
tembló su boca, y me dijo:
¡No te olvides nunca!
de mi amor puro.
Autor: Hilario de Jesus esteban Lopez©
(2011, Guatemala junio 7.)