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martes, 11 de febrero de 2025

IMPRONTU

Yo tenia 49 y ella 36
era de tez clara, ojos verde sombra
profundos ojos como un quieto lago 
su mirada dulce como un panal silvestre
roto por el pico de un pájaro
cuando la miel de sus recamaras 
se diluye, despertándo los deseos 
de un sorbo succionado entre los dedos.

su sonrisa tierna , sus labios delgados 
el vertice de su boca 
ay!! sus labios húmedos 
su boca trémula 
mi alma plateada , fugitiva en el tiempo
lejos como una estrella...

gemelos entre las penas
dia a dia, perseguiamos con la voz
oh mirada , 
oh voz sacrosanta que mis oidos amaban
yo mediocre seminarista, 
que luchaba impiamente, 
escultor,  manipulardor del concreto, 
la piedra, 
los ladrillos, 
baldosas en  catedrales de ricos
pintor que entre el silencio de mis pinceles 
amaba el matiz , 
la tela que era la tierra donde 
plantaba mis colores....

era su voz la musica exquisita a mis oídos,
y su sonrisa, esa danza de sus labios
provocando  deseos indecentes
en mi.
era excepcional. 

(nos unia el trabajo,
extraordinaria compañera; 
el respeto, la moral , el standard politico
relacional entre el cuerpo ejecutivo)

como un trueno que cae de repente 
sobre el arbor inadvertido 
el Legislativo de un poderoso pueblo
dejaba caer la ley sobre mi
iva a ser arrancado de su lado.
la unica manera de permanecer 
Incólume era que fuera yo  estrictamente casado
en ese pueblo.

Era aquel dia de invierno
Ella llego presurosa,
yo meditativa, No hay nada que hacer 
murmuré.
se sento como una Ejecutiva sobre su escritorio, 
tenia marido, hijos que en su pubertad
aun se prendían de su pintura
esbelta. 
yo dueño de nada,
me miro fija,
 yo de reojo
su voz segura, 
me dijo
"Yo me caso con usted
no quiero que se vaya...

Y me salto el alma de repente
a sotto voce clamo el corazón 
mi cuerpo de varón desperto
era yo viejo para su carne fértil,
le clave la mirada
sus ojos brillaban como dos esmeraldas
tierna como una paloma timida 
sobre su nido
y sus labios como de costumbre,
deslizaronse a su diestra,
 todo las pasiones pasaron como una tormenta 
sobre mi pecho, 
hirvió mi hombría 
se entumecieron las horas
y contemple en sus ojos 
el alma de la ternura...