"DESCONOCIDO"
(A mi pueblo)
Nadie me lo contó
yo pise el mismo camino
con mi propio pie.
En ese instante ,
ahogue mis luchas;
levantaronse alas en mi espalda dormida.
Sobre las rocas aleteé
como un buitre enloquecido.
El mar que me separaba,
olia a pobreza enmohecida;
hecatombe de espuma en la enramada,
un panteón futuro,
la remembranza como una espada.
Escuche el ruido caminante
el aullido sordo, casi lugubre de los perros
chirrear los grillos,
volaron asustados lo búhos;
quise decir adios.
¡Llanto !
dijeron mis labios.
La lejanía se tragaba la tierra, en el horizonte;
mas menuda se volvía mi patria, mi calle;
el estertor mortuorio del afán
¿y no sé? si mi alma grito ¡Olvídala!
o me lo gritaron los otros.
Pero bajo el cenit de lo incierto
estaba mi lugar, sabor a desierto,
muchos como payasos
olvidaban las penas
llorando a carcajadas.
Yo llevaba en el nudo de mi garganta
un puñado de letras
"...De dos mares al ruido sonoro
bajo el ala de grana y de oro ..."
como un himno sonaba ,
fría granadera
el azul y blanco de mi bandera.
Olvide mi alma crepúscula,
mis pies de lana,
la revolución muerta de una epifania,
mi pueblo como un carbunclo en la montaña
quedo bañado de una amarga sinfonía.
La fantasia en las burbujas de jabón
olvidadas,
heteras como orlas de plata,
mis rencores adolescentes
la ingenua decencia de mi corazón.
Alla la cresta de la montana
la que tantas veces cobijo
mi cuerpo en su floresta
se perdia como una celeste jerarquía
inútil, sin poder gritar ¡No te vayas!
Y me dí por amar
por sentir el alma abierta
por ser y no ser en sueños
mendigo, no poeta, a sus pies
sin menoscabar el instante
de vivir su amor hoy
para contarlo, ¿que se yo?
tal vez después.
Autor: Hilario de Jesus Esteban Lopez.©