SECUELA
Bajo el peso aplastante del tiempo
los rastros rencorosos del destino
la fria encolfada de las horas
y la reminiscencia de esos pasados tenebrosos
la boveda oscura de la ansiedad
que cae sobre el templo del cuerpo.
huye la sobriedad asustada
al ver la espada de la maldita desazón
que como tormenta golpea el recuerdo
como látigo sin compasión
cae de golpe
amoratando la dulce alegria de la tarde.
en contra de mi voluntad, sin arremeter palabra
el impío hombre que se agazapa dentro de mi
me llama calle abajo
a la oscuridad de la droga y la desesperación
No volvere! grita mi alma.
sin fuerza, como vencido desboronase este esbelto hombre
que recuerda que no hay victoria sin guerra
No volvere!
Aunque empañe mis los la lluvia
aunque palpite taquicardio mi corazón
aunque parezca un inútil
bajo el puño implacable de la pesadilla
y las fuerzas ya no broten
y sincele la soledad como un pájaro de media noche
su cansión deseperada
debil, moribundo,
me levantare, cual espina del pantano
tal braza que rueda dejando a su paso la chispa inflamable
tal alma que no pudo vencer
las inclemencias del tiempo.
tal lebita que masca su ultima plegaria.
Autor: Hilario E. Lopez©