SIMETRIA
Esa inconformidad de lo absoluto,
nube negra sobre ese cielo impecable,
una mancha sobre la mejilla alba de la verdad;
los ojos subyugados por la expresión
reconociendo la tertulia,
sin embargo el amor destilando por nuestros labios.
Tendidos como fetos mellizos,
creciendo contrapuestos,
tu mejilla recostada sobre mi ombligo,
y aquel silencio devorador de carnes apacibles,
tu mano manchada de hombría,
a manera de consolación sobre tu minúscula oreja
te dejabas acariciar, somnolienta, ebria de amor,
la mandibula bien formada
como una estatua moldeada por su escultor.
Silencio,
ese silencio imperativo que suelen tener los culpables
ese silencio imperativo que suelen tener los culpables
cuando no hay mas que decir
y decirlo todo con los cuerpos insaciables ,
con las carnes manchadas por la maldad,
expresiones imborrables como culpas de reproche
en esas miradas fugaces;
consumado habíase el fuego,
el olor maltratando el ambiente,
ese olor delator de fluidos mórbidos
injertados con esas aromas de pieles
recién cansadas de hastío y roses proscritos,
el dulce injerto de frutas exprimidas,
granadas, higos, uvas.
Aun cubrías el falo con tus dedos,
soñadora, dulce, vivaz,
como una flor que cae sobre un hongo,
crecido entre los helechos , tu mano;
ave que cuida su polluelo con sus alas entreabiertas
envuelta en una satisfacción de dulzura.
tu negro pelo
regado sobre mi pecho,
la opaca luz sobre la beldad exquisita
hacia resaltar esos glúteos esplendidos,
la forma de cada parte con su curva deseosa
se delineaba al desnudo.
La ostra delicada media abierta,
entre las alas de tus piernas
como una flor de mar,
entre las alas de tus piernas
como una flor de mar,
aun mojada, húmeda ,
rosada por el cansancio,
rosada por el cansancio,
como una herida de piel cortada con un cuchillo
y su perla incandescente mas adentro,
tu pie rozando mi hombro,
llamando.
tu pie rozando mi hombro,
llamando.
Ese goce animal había cabalgado
hacia las cumbres del deseo
en el recodo del placer habia hecho nidos
y la pasión como un pintor renacentistas
había pincelado los húmedos besos
que habia florecido en el extasis,
caíamos víctimas de la tormentosa llamas del corazón
hubiéramos sido la perfecta simetría de un amor
sin contradicciones
Autor:Hilario esteban Lopez©
Mi admiración in Crescendo, amigo mío. No hay malicia cuando un acto de amor se sella con la cera de los cuerpos.
ResponderBorrarBellísimo retablo de metáforas para recrear una escena de auténtica entrega.
Mil besitos, Hilario.
Gracias @auroratris , su comentario me anima , besos.
BorrarUn éxtasis gozoso casi sufrido de tan intenso. Como una simetría que se escapa de las formas.
ResponderBorrarTengo un blog que quizá te interese visitar. Te dejo el enlace porque no me permite comentar con el enlace directo,va:
www.osorniobeatriz.wordpress.com
Beatriz, un placer saber que le ha gustado, y su blog es genial, saludos !
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